sexta-feira, 25 de junho de 2010

Efectos Fisiológicos de la Música para la Enseñanza




Desde los tiempos antiguos, se ha observado los efectos de la música en la estructura fisiológica de los hombres, hecho este comprobado por las investigaciones de los expertos y por las recientes descubiertas científicas. Según el Dr. Mark Tramo de la Escuela de Medicina de la Universidad de Harvard:

"Definitivamente existe una biología de la música; la música es biológicamente una parte de la vida humana tanto como lo artístico en sí mismo es parte de la pasión humana"

Entre los cambios producidos en el organismo por la música, podemos citar el aceleramiento o retornamiento de las principales funciones orgánicas como: ritmo cerebral, circulación, respiración, digestión y metabolismo. La música influye sobre el ritmo respiratorio, la presión arterial, las contracciones estomacales y los niveles hormonales. Los ritmos cardiacos se aceleran o se vuelven más lentos de forma tal que se sincronizan con los ritmos musicales. También se sabe que la música puede alterar los ritmos eléctricos de nuestro cerebro, y eso es válido para todos los tipos de música.
Seguro es, que algunos expertos defienden, como Platón, que sólo algunos tipos de música pueden producir efectos positivos, desarrollando además del intelecto, la capacidad de concentración y percepción. Pero, cuando hablamos de efectos físicos, todos los tipos de música van a generar alguna reacción, sea ella buena o mala. Sin embargo, podemos afirmar, haciendo uso del conocimiento vulgar, sin márgenes para errores, que hay músicas que tranquilizan y músicas que excitan.
Hablando científicamente, los efectos de la música multidimensional ( muy utilizada por terapeutas, hecha especialmente para generar efectos específicos), lo han sido investigados por el Dr. Dimitrei Igorievitch Valouev, miembro de la Academia de las Ciencias de Rusia, psicoterapeuta, psicólogo y psiquiatra. Los efectos de ese tipo de música han sido medidos con un material muy perfeccionado, creado y fabricado en Rusia (sin equivalente en otras partes del mundo), ubicado en el Instituto de Actividad Nerviosa Superior y de Neurofisiología de Moscú, en Rusia. Se trata de un electro encéfalo grafo de 22 canales de 0 a 30 KHertz, que da una imagen clara de la distribución de la información en el cerebro (zonas que reaccionan a las frecuencias musicales), de la sincronización de los hemisferios cerebrales y de la entropía (energía no utilizada).

Antes de comprender los resultados de ese estudio, es necesario saber que diferentes tipos de olas cerebrales son producidos por nuestro cerebro como respuesta a la realidad y estímulos externos. Los tipos de olas son:

a) BETA - son las más rápidas y dan testimonio de la actividad mental cuando el sujeto está con los ojos abiertos. Pueden ser olas betas malas, cuando hay un estado de hiperactividad, o pueden ser olas betas buenas, cuando el cerebro opera a gran velocidad pero con lucidez.
b) ALPHA – son un poco más lentas y ocurren cuando el individuo cierra los ojos y relaja su actividad mental. Reflejan un estado de calma, donde la imaginación puede ejercitarse favorablemente, poniendo el sujeto en contacto con zonas que antes él no tenía verdadera conciencia y con informaciones en estado latente.
c) THETHA – son aún más lentas y representan un estado de extrema creatividad, donde las soluciones surgen sin esfuerzo aparente, poniendo el sujeto en contacto con recuerdos que fueron rechazados y que están en el fondo de la conciencia. Ese tipo de ola se constituye un auxiliar indispensable para el desarrollo de las capacidades superiores del ser.
d) DELTA – son las más lentas de todas. En la mayoría de las veces no son puestas en acción hasta cuando el sujeto se siente en peligro y su espíritu se moviliza para encontrar soluciones inmediatas. Todos producen ese tipo de ola algún día, pero sería importante aprender a desarrollarla, a fin de que el individuo sepa estar atento y sea siempre consiente de todas las posibilidades reales.

Así, podemos comprender mejor los resultados de la investigación del Dr. Dimitrei. Según su investigación, todos los discos de música multidimensional que fueron testados, provocaron un cambio cualitativo de las ondas cerebrales y de la distribución de la información en el cerebro provocando una mejor sincronización de los hemisferios cerebrales, aumentando el nivel de las olas thetas (asociadas a estados de súper creatividad), de las olas betas buenas y reduciendo el nivel de las olas betas malas (asociadas a un estado de hiperactividad), además de mostrar, también, la acción “neg. entropía”, que significa un aumento de coherencia en el funcionamiento cerebral y sincronización de los dos hemisferios.

Aunque los profesores no tengan un conocimiento más profundo y científico sobre los efectos de la música, cierto es, que pueden percibir, a través de su propia reacción a la canción elegida, si tal canción llevará los alumnos a un estado de ánimo favorable para el aprendizaje o no. O sea, hay que haber una preocupación con los efectos fisiológicos que la música podrá producir, llevando en cuenta, que las músicas siempre van a generar una reacción. Cabe al profesor, elegir con prudencia las canciones, de acuerdo con los objetivos propuestos.

Késia Mesquita