“Es sabido que en los días de hoy la educación es algo muy difícil de practicarse de forma adecuada, y sí esto es así, es debido a varios factores. Sobre todo es en la enseñanza mediana, donde este trabajo se torna más complejo por la edad y acciones de los jóvenes que participan del proceso de enseñanza-aprendizaje. ¿Cómo ves la educación en nuestro país? ¿Cuáles son las dificultades?”
Esa fue la pregunta de una prueba de práctica pedagógica y mi respuesta voy a compartir con ustedes.
Antiguamente, el conocimiento y la instrucción organizada estaban reservados a pocas personas, generalmente de familias ricas y que tenían condiciones materiales de enviar sus hijos para los grandes centros educacionales de la época. Hoy en día, la oportunidad de estudiar se volvió una posibilidad para gran parte de los ciudadanos. Siendo la educación un derecho social garantizado en la Constitución, la procura por la formación básica, fundamental, media y superior, aumentó no solamente por las personas que viven en las grandes ciudades, sino también, por los que viven en los sitios más alejados de los grandes centros. Con la difusión e incentivo para que todos estudien, surgió la necesidad de más profesores para atender a la grande y explosiva demanda de nuevos alumnos.
Lo problema, es que la urgencia en tener más profesores en aula, la preparación y capacitación de ellos se quedó débil e insuficiente. Muchos no tienen el conocimiento necesario para impartir clases. Otros, piensan que ser un profesor es sencillamente leer un texto, hacer una actividad con los alumnos y escribir algunos datos en la pizarra. No tienen la conciencia de su papel como educador, investigador y transformador de la sociedad. No ve la escuela como un centro de formación de ciudadanos, sino, como un sitio, donde repasar contenidos de forma automática y desmotivada es lo suficiente.
La realidad, principalmente cuando hacemos la comparación con la situación educacional de otros países, es que hoy en día, nuestros profesores no aprendieron a aprender. Siendo así, ¿cómo podrán enseñar lo que ellos mismos no comprenden totalmente?
Hay que arreglar muchas cosas para que dicha realidad sea cambiada. Pienso, que nuestro sistema educacional ganaría nuevas fuerzas y aspectos si los sistemas políticos, económicos y sociales, así como también toda la sociedad mirasen la importancia del profesor con otros ojos. Si el profesor tiene una buena y satisfactoria remuneración, es cierto que tendrá más tiempo para preparar sus clases, partiendo del principio, que no habrá necesidad de impartir clases en 3, 4 o 5 escuelas para garantizar su sobrevivencia. Más valorado y con un sueldo digno, los profesores tendrían mejores condiciones para ejecutar su trabajo, además de condiciones para su permanente capacitación.
El segundo cambio que se hace necesario, es el cambio en el currículo de formación del profesor. Los estudiantes de los cursos de licenciatura necesitan vivencias en la realidad e las escuelas, a través de la práctica y de la pasantía, con una carga horaria suficiente para el desarrollo de las habilidades necesarias para la práctica de enseñanza. Necesitan experimentar planear y impartir clases, como también, conocer las prácticas y métodos ya existentes y de forma crítica y basada poda crear nuevas alternativas para su propia práctica pedagógica.
Siendo la educación un sistema que incluye otras personas y factores, además del profesor, toda la escuela contribuye en el proceso de enseñanza. Todos los sujetos participan del proceso de aprendizaje de los alumnos. El ambiente y los materiales también son muy importantes y necesitan atención pues poseen un papel importante en la formación del pensamiento crítico-moral de los estudiantes.
Haciendo un paralelo entre las escuelas públicas y privadas, llegamos la conclusión que una buna educación no va a depender solamente del dinero disponible para la escuela, sino que es fundamental que haiga una buena organización y gestión como medios que garantizan lograr los objetivos propuestos.
La educación no está aislada del sistema. Muchas escuelas logran éxito en promover de forma real y eficaz el aprendizaje de sus alumnos, pero, siempre en una acción coordinada de la escuela, familia, comunidad y Estado. Mientras estudiantes, necesitamos reflexionar de forma crítica sobre nuestra práctica profesional, de manera que intentemos hacer nuestra parte para añadir algo bueno para el sistema que ya está en vigor.
Késia Mesquita
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